Apocalipsis 1: 8 interpretación
“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.
Este versículo es una declaración de la supremacía de Dios. El uso de las letras alfa y omega, la primera y la última del alfabeto griego, simboliza que Dios es el principio y el fin de todas las cosas. Él es la fuente de todo lo que existe y el final de todo lo que se desvanece.
El versículo también afirma que Dios es eterno. Él es “el que es y que era y que ha de venir”. Esto significa que Dios siempre ha existido y siempre existirá. Él está más allá del tiempo y del espacio, y es inmutable e inalterable.
El versículo también revela la naturaleza de Dios como el Todopoderoso. Él es el creador y sustentador del universo y tiene poder sobre todas las cosas. Su poder es ilimitado, y nada está fuera de su control.
En última instancia, el versículo es una afirmación de la soberanía de Dios. Él es el gobernante supremo del universo y tiene el poder para hacer cumplir su voluntad. Como cristianos, debemos confiar en su poder y su plan para nuestras vidas.
En resumen, Apocalipsis 1:8 es un recordatorio poderoso de la grandeza y soberanía de Dios. Es un versículo que nos llama a confiar en su poder y su plan para nuestras vidas, y a reconocer su supremacía sobre todas las cosas.