Apocalipsis 2: 17 interpretación
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”
Este versículo se encuentra en el mensaje del apóstol Juan a la iglesia de Pérgamo, una de las siete iglesias a las que se dirige en el libro de Apocalipsis. El mensaje está dado por Jesucristo a través de Juan, y contiene alabanzas, críticas y promesas dirigidas a cada iglesia.
En este versículo, encontramos tres elementos principales: la exhortación a escuchar, la promesa del maná escondido y la promesa de la piedrecita blanca con un nombre nuevo.
1. La exhortación a escuchar: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Esta frase se repite en cada uno de los mensajes a las siete iglesias, lo que indica la importancia de prestar atención a lo que Dios tiene para decir a sus seguidores. Al mencionar “el que tiene oído”, se hace un llamado a la disposición y apertura de cada cristiano para recibir la palabra de Dios, y al mismo tiempo, se destaca la necesidad de estar en sintonía con el Espíritu Santo para entender y aplicar correctamente las enseñanzas divinas en la vida cotidiana.
2. La promesa del maná escondido: “Al que venciere, le daré a comer del maná escondido.”
El maná es un alimento que Dios proporcionó milagrosamente al pueblo de Israel durante su travesía por el desierto después de salir de Egipto (Éxodo 16). En este contexto, el maná escondido puede ser entendido como una provisión divina y sobrenatural de sustento espiritual y eterno, disponible solo para aquellos que permanecen fieles y superan las pruebas, tentaciones y dificultades que puedan enfrentar en su camino como seguidores de Cristo.
La referencia al maná escondido también puede ser una alusión a la comunión íntima y personal que los creyentes pueden disfrutar con Jesucristo, quien se identifica a sí mismo como “el pan de vida” (Juan 6:35) y “el pan que descendió del cielo” (Juan 6:41). De esta manera, la promesa del maná escondido representa una invitación a experimentar una relación profunda y transformadora con Jesús, que satisface todas las necesidades espirituales y otorga vida eterna a quienes lo reciben.