Apocalipsis 3: 14 interpretación
“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: El Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:”
Este versículo forma parte de la serie de cartas que Jesús instruyó a Juan para escribir a las siete iglesias de Asia Menor (hoy Turquía) en el libro de Apocalipsis. En este caso, la carta está dirigida a la iglesia en Laodicea.
Laodicea era una ciudad rica y próspera durante el primer siglo, conocida por su industria textil, su escuela de medicina y sus bancos. Sin embargo, a pesar de su riqueza material, la iglesia en Laodicea es reprendida en Apocalipsis por su complacencia y su falta de fervor espiritual.
En este versículo, Jesús se presenta como “El Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios”. Estos títulos tienen un significado profundo.
“El Amén” es una afirmación de la certeza y la veracidad de Dios. Es una expresión de absoluta confianza y fe en sus promesas. Jesús se identifica como “El Amén” para enfatizar que todas las promesas de Dios se cumplen en él.
“El testigo fiel y verdadero” es un título que enfatiza la integridad y la veracidad de Jesús. Como testigo fiel, Jesús declara la verdad de Dios y su reino. Este título también puede ser una crítica implícita a la iglesia en Laodicea, que había dejado de ser un testigo fiel debido a su complacencia.
“El principio de la creación de Dios” puede interpretarse de dos maneras. Algunos lo entienden como una afirmación de que Jesús es el primer ser creado por Dios, lo cual está en línea con ciertas interpretaciones arrianas. Sin embargo, la mayoría de los eruditos bíblicos lo interpretan como una afirmación de que Jesús es la fuente o el agente a través del cual Dios creó todo. Esta interpretación está en línea con otras afirmaciones del Nuevo Testamento sobre Jesús como el agente de la creación (por ejemplo, Juan 1:3; Colosenses 1:16).
En resumen, Apocalipsis 3:14 presenta a Jesús como la encarnación de la veracidad y la certeza de Dios, el testigo fiel de su verdad, y el agente a través del cual Dios creó todo. Este versículo establece la autoridad de Jesús para reprender y corregir a la iglesia en Laodicea.