Apocalipsis 3: 16 interpretación
“Así, porque eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.”
Este versículo es parte de una carta a la iglesia de Laodicea, una de las siete iglesias a las que se dirige el libro del Apocalipsis. Laodicea era una ciudad rica, conocida por su industria textil, su escuela de medicina y sus bancos prósperos. Sin embargo, su agua, que provenía de un acueducto, era famosa por ser tibia y no muy agradable al gusto.
En el contexto de este versículo, Jesús está reprendiendo a la iglesia de Laodicea por su complacencia y su falta de fervor espiritual. La iglesia es descrita como “tibia”, ni fría ni caliente. En otras palabras, no están completamente comprometidos con su fe, ni están completamente alejados de ella. Están en un estado de indiferencia y complacencia, lo que Jesús encuentra repugnante, hasta el punto de decir que los “vomitará” de su boca.
La metáfora del agua tibia puede tener dos interpretaciones. Por un lado, el agua caliente puede representar el fervor y el entusiasmo en la fe, mientras que el agua fría puede simbolizar la claridad de la mente y la refrescante verdad del Evangelio. Al ser tibios, los laodicenses no son ni fervorosos ni refrescantes.
Por otro lado, el agua caliente y el agua fría también pueden representar dos extremos: el amor apasionado por Dios (agua caliente) y la total indiferencia o rechazo hacia él (agua fría). En este sentido, los laodicenses están en un estado de indecisión, no completamente entregados a Dios pero tampoco totalmente alejados de él.
En cualquier caso, este versículo es un llamado a la autenticidad en la fe cristiana. No basta con una fe superficial o complaciente, sino que se requiere un compromiso total y apasionado. Los creyentes no deben conformarse con ser “tibios”, sino que deben buscar ser “calientes”, es decir, fervorosos en su amor y servicio a Dios.
Este versículo también sirve como una advertencia contra la autocomplacencia y la autosuficiencia. La riqueza material de Laodicea puede haber llevado a sus habitantes a sentirse autosuficientes y a olvidar su necesidad de Dios. Este versículo recuerda a los creyentes que la verdadera riqueza y seguridad se encuentran solo en una relación auténtica y comprometida con Dios.